jueves, 23 de enero de 2014

Eres poema

Eres poema
y lates cual pulso oprimido,
cual pasión escondida,
cual tímida disculpa
que no encuentra la forma
de salir, correr, ocultarse,
y titubeante busca tu palabra,
pues todo lo que eres
es todo lo que quiere,
y estar lejos del verso que da vida
es dejar de existir,
es desdicha.

Eres vocablo impronunciable
y cabes en una sola sílaba,
susurro sin fin de cuatro letras,
rosario entre manos temblorosas,
gotas de cristal que rompen
el espacio para traer la dicha hecha agua,
y ser bendición entre mis labios.

Eres canto de espera,
promesa imposible de asumir
pues no hay razón que te contenga
ni hay un soplo que te brinde más vida
que la vida que fluye por tus venas de hombre,
de mágico ser encarnecido,
de cuerpo mortal ya transgredido,
de hijo, hermano y padre,
de un amigo.

Eres pausa, silencio,
el suspiro que llena mis vacíos.
Mano abierta que no logro abrazar
por más que lanzo designios a los cielos,
por más que busco los pasos asertivos,
por más que giro ruletas de esperanza.
Me quedo quieta al fin, cansada,
y llegas siempre a acariciar mi vista
con el retrato de un sol naranja
y la promesa de que habrá un mañana,
un nuevo fin, un viejo sueño renacido,
una mirada. 


Eres mi todo.
Resumen de estos mis esfuerzos,
mis logros que son pocos,
mi vida que ya es nada.

Eres poema
y te pronuncio con voz trémula y cortada,
consciente de todo lo que falta,
de lo que yo no soy,
y de esta voz ahogada
que espera resurgir en tu presencia,
y se aferra a ser tuya,
pues ser tuya es todo lo que hay
en esta alma.