martes, 16 de julio de 2019

Háblame





Háblame

Permite que la brisa de un susurro
llegue a mis sentidos,
que el escalofrío de tu voz
sacuda mis entrañas
y que el aliento de tu ánimo
toque mi rostro.

Háblame.
Porque el silencio es soledad
y la soledad es insoportable.
Porque hay tanto ruido en mi alma
que necesito una voz
capaz de guiarme hacia la quietud.
Porque todos necesitamos
escuchar un “te amo tal y como eres”,
y yo –a pesar de ser tan única y distinta–
soy como todos.

Así que háblame.
Detente a escuchar, no los gritos del enojo
–debería decir la autodefensa
hacia la indiferencia y la crueldad,
pero aún eres incapaz de reconocer tu parte
y asumir, así, tu poder.
Escucha…insisto, no el grito
sino la desesperación por existir.

Háblame.
Porque la existencia se confirma
en la interacción de la palabra.
Porque es a través de la palabra
que creamos el mundo
y damos sentido al ser.
Y yo necesito darle sentido a este mundo
tan incapaz de escuchar
y tan indispuesto a responder,
como tú.

Por favor, háblame.

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