Ayer vi salir un arcoíris en mi corazón. 
Apenas dibujado, apenas presente. 
No voy a decir que me llené de alegría. 
La realidad es que tuve miedo. 
Le temo al arcoíris porque me pide amar. 
Me dijo: Confía en tu corazón. 
Y yo le respondí: Pues confío en el mío,
pero quién me asegura que puedo confiarlo a otros. 
El arcoíris entonces me dijo: Dámelo a mí. 
Y sin poder resistir su mirada 
tomé mi corazón y se lo di. 
Apenas lo tomó en sus manos 
y mi corazón se llenó de colores. 
Sentí, entonces, el sencillo amor 
de “la expectativa de los logros nuevos”. 
Ese amor que nos dice: quizá es posible. Quizá. 
Y como el primer día, volví a enamorarme del amor. 
Les comparto la
canción: “Cómo el primer día” de Alberto Cortez.  
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