Amor, baila
conmigo esta danza de fe.
Una fe infinita,
melódica y dulce
existente incluso
en el llanto callado
de mis ojos
vacíos que no logran ver.
Amor, baila
conmigo esta danza de fe
y demuéstrame que
aún con el miedo en la piel
no hay daño que
quepa entre tu aliento frágil
y la dulce
cadencia de mi rezo a tu Ser.
Amor, baila,
baila, baila conmigo
esta danza de fe.
Dame hoy la
esperanza de un latido
que me lleve a
nombrarte,
de un suspiro que
me diga que vives,
y del constante cantar
en mi oído
que me obligue a
seguirte,
hipnotizada ya
sin remedio,
sin resistencia
alguna,
entregada tan
sólo al cantar de cantares
que eres y que
siempre has sido,
que soy y que
siempre seré.
Vamos, amor,
baila, baila conmigo esta danza de fe.
Y seamos testigos
de la luz escondida en miradas
furtivas que se
niegan a abrirse por temor a perderse.
Baila conmigo
para que pueda al fin
olvidar los
temores ocultos de mi alma
y te encuentre
sin miedo en mis ojos que te aman.
Baila, mi bien, conmigo
esta danza de fe.
Con los ojos
cerrados para vernos las almas,
con los labios
abiertos para darnos aliento
y con las manos
unidas para evitar caer.
Baila, baila
conmigo, baila, mi bien.
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