domingo, 3 de enero de 2016

Tú me encuentras





Me escondo de ti como me escondo de mi reflejo.
Y por más que me escondo tú me encuentras
y vuelvo a buscar mi rostro en el espejo.

Y –debes saberlo bien– yo odio lo que veo,
porque mi rostro me dice cada día
que sigo atada a este mundo que te niega
y al cual no logro responder con tu cordura.   

Ya no quiero intentar salvar esta minúscula distancia que me separa de ti,
como tampoco quiero vivir en el monólogo interno en el que habitas.
Si he de aceptar que no puedo más que amarte para tenerte en mi vida,
que sea en el silencio y en la distancia que has establecido
–no, que han establecido y establecen las normas que dictan las sentencias;
sentencias que no hablan de ti, pues son condena,  
Y condenada ya a una eternidad deseándote,
acepto lo que sea que quieras que yo acepte,
pero que sea… que existas, es imprescindible que tú existas.  

Te necesito en esta timidez que me sofoca y en esta incapacidad de rasgar mis vestiduras
y liberarme de una vez por todas –y en un grito– de todo el dolor que te antecede
y del cual –debo aceptarlo– me salvas una y otra vez con la simple ilusión de tu sonrisa.

Necesito que existas porque sin ti la vida es nada.
Y yo, que soy tan sólo un soplo,
no tengo dirección ni sostén ni entendimiento,
si no es la guía de tu mano quien la brinda.

Así que ilusión o no, confío en tu amor distante
y en el silencio en que nado para hablarte,
ya nunca más de mí y mis vacíos,
eso espero –a veces el aire no me alcanza–
sino de ti y tus deseos,
que he de aprender a interpretar en el silencio
de tus sonrisas de luna y sol
y en esas tus miradas hechas cielo.
 

1 comentario:

Darkladylilith dijo...

Sin mas nada en tus palabras va mi sentir entero, y esa ausencia que tan profundo vacío me ha dejado....