domingo, 8 de septiembre de 2019

¿Qué podemos hacer?


Photo by Blake Cheek on Unsplash

“Al saber eso ( que los judíos de Galilea están en peligro pues los quieren hacer desaparecer), Judas (Macabeo) y el pueblo convocaron a una gran asamblea: ¿Qué se puede hacer por esos hermanos que están en problemas y que tienen que luchar por su vida? Judas dijo a su hermano Simón: «Escoge a algunos hombres y ve a salvar a los hermanos que están en Galilea.” 1 Macabeos 5, 16-17

“¿Qué se puede hacer por esos hermanos que están en problemas?” He aquí una pregunta que siempre, siempre, siempre deberíamos hacernos antes de querer solucionarle la vida a alguien, o quitárnoslo de en medio y lavar nuestra consciencia con una limosna rápida y sin sentido. Es, además, una pregunta que debemos responder con total honestidad, porque la verdad nos hace libres. Las mentiras, por piadosas que sean, son ataduras que impiden avanzar, tanto a quienes necesitan de nosotros, como a nosotros que necesitamos, lo sepamos o no, de nuestros hermanos también.  

He pensado mucho en esta pregunta: ¿qué se puede hacer por esos hermanos que están en problemas? Y te pido hoy que lo pienses también. No ayudes sin haberlo pensado. No prometas sin haberlo analizado y estar muy consciente de qué, sí puedes y qué no puedes hacer. Ofrece tu ayuda no sólo en especie, a veces lo que se necesita es la presencia, la escucha, el tomar la mano de alguien. A veces la ayuda es trabajo y si no estás dispuesto a trabajar, no la ofrezcas. No des falsas esperanzas. Y nunca, nunca, nunca te laves las manos con unas monedas. Si has de dar dinero, que sea una cantidad definida y a una causa concreta. Las monedas al “ahí se van”, no van a ningún lado.

Y sobre todas las cosas, habla claro, porque si hay algo que todos podemos hacer es ofrecerle al otro la “verdad”, y la verdad nos hace libres de buscar ayuda en otro lado.

Dios nuestro, que nuestra voluntad de ayudar siempre se acompañe de la reflexión para que toda ayuda sea más efectiva y no una onda superficial en un mar de problemas que se disipa y no tiene efecto alguno. Bendice nuestros esfuerzos y bendice aún más a aquellas personas a las que los dirigimos. Te lo pedimos en nombre de tu hijo Jesucristo, quien supo tomarse el tiempo para iniciar su misión y una vez iniciada, verla a término. Te amo.



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