domingo, 19 de octubre de 2014

Súplica



Amor,
permíteme levantar mis manos
e imaginar que sostengo las tuyas.
Nada debería turbarme, lo sé,
estás conmigo, lo sé,
pero cuando la noche llega
es difícil mantener el ánimo.

Toma este corazón cansado
y alívialo de todo dolor.
Dale a estos labios rotos
el dulce bálsamo de tu aliento.
Y dime que soy tu niña amada,
tu dulce encuentro, tu tierno amor.

No me abandones Tú,
mi bien, mi dicha.  
Que el sol se ha ido
y necesito tus ojos
para verme y encontrarte.

Sostén, pues, mi mirada.
Y guíame a la presencia
de este sentirme tuya.

Guíame hacia el refugio dulce y seguro
de tu corazón y de tu Espíritu.
Conviértete en mi descanso eterno,
en mi alivio absoluto,
y en mi paz y mi alegría.

Conviértete en mi paz y mi alegría.
… en mi infinita paz y sencilla alegría.
Amén.    

No hay comentarios: