El Coloso / Goya |
Así, la
tristeza es un sentimiento de dolor anímico producido por un suceso
desfavorable que suele manifestarse con un estado de ánimo pesimista, la
insatisfacción y la tendencia al llanto. Pero este sentimiento no perdura
mucho, la persona se recupera relativamente pronto. El duelo se da ante la
pérdida de un ser o una entidad amada y/o importante, pero tras algunos meses la
vida empieza a recuperar su color. La depresión, por su parte, pude desencadenarse
ante una pérdida o un evento catastrófico, pero no se supera con el tiempo. Por
regla general se considera que, si la profunda tristeza y sinsentido persiste pasados
seis meses, se trata de depresión. “Se suele creer que la depresión es solo
tristeza. Es muchísima, demasiada tristeza, muchísimo, demasiado pesar, por un
motivo demasiado insignificante”, explica Andrew Solomon, escritor de política,
cultura y psicología.
Te compartimos este video en el que Andrew Solomon nos
habla de su experiencia ante la depresión. Conocer la vivencia de una persona
deprimida o que atraviesa por ansiedad (condiciones que generalmente van de la
mano) es importante, pues nos ayuda a intentar acercarnos a lo que la otra
persona vive, y quizá comprender el porqué de mucho de su comportamiento.
Por ejemplo, Solomon nos dice: “Una de las cosas que se olvida cuando se
habla de depresión es que uno sabe que lo que te pasa es ridículo. Mientras te
está pasando, sabes que es ridículo.” Estar consciente del absurdo lo todo lo
que se siente, hunde aún más a la persona en un estado de ansiedad y
desesperación, porque no podrá evitar autojuzgarse y tampoco sabrá cómo
compartir lo que le sucede pues intuye o sabe que no habrá comprensión de parte
de quienes le rodean. La falta de empatía se debe, precisamente, al poco
conocimiento de lo que está sucediendo, tanto por parte de la persona que lo
sufre como de quienes conviven con ella.
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