“Nehemías […] es un
hombre que tiene su porvenir asegurado, sin embargo, va a dejar todo para el
servicio de Dios. Su vocación se apoya en una comprensión de la historia que
sólo viene del creyente: Israel no debe echarle a otro la culpa por su
situación difícil. Sus propios pecados son la causa de su desgracia. Y, por
tanto, no debe esperar su restauración nacional de la benevolencia de los
países más poderosos, sino de su propia conversión.” Comentario al primer
capítulo de Nehemías de la Biblia Latinoamericana (2005).
Tener la
responsabilidad de nosotros mismos no significa tener el control de nuestra
vida. Creo, que es precisamente esta confusión lo que ha provocado que pensemos
que podemos tomar nuestra vida por las riendas y que todo lo que nos sucede es
consecuencia directa de nuestras acciones, nuestro pensar “positivo” o
“negativo”, y nuestra voluntad y buenas intenciones.
Cuando Dios nos pide
amarlo con toda nuestra mente, nuestro corazón y nuestra alma, no garantiza “felicidad”
sino fidelidad. Son cosas diferentes e implican objetivos distintos. La
felicidad es un cúmulo de momentos con un tono alegre y cielos claros, la fidelidad
es estar ahí “siempre”, pase lo que pase, seas como seas, con lluvia, frío,
obscuridad o un sol radiante que quema. La fidelidad de Dios es eterna y total.
De modo que, si has de buscar algo, busca la fidelidad a Dios. ¿Cómo? Date la
oportunidad de experimentar la fidelidad de Dios en tu vida.
Jordan Peterson,
psicólogo clínico autor del libro, “12 Reglas para la Vida” decir: Vivir no es
buscar la felicidad. La felicidad es un sentimiento entre muchos otros, y no
estamos hechos para experimentar sólo felicidad o infelicidad. Nuestra
obligación moral es buscar una vida con sentido. Podemos elegir no buscar más
que la felicidad, sin embargo, al negarnos experimentar sentimientos como el
dolor y el sufrimiento, lo que realmente hacemos es cerrarnos a la experiencia
profunda del amor y la entrega. Amar y entregarnos a alguien de manera profunda
implica arriesgarnos a ser lastimados, a perder al ser amado o a ser
rechazados. Esforzarnos en la búsqueda de un fin puede llevarnos al fracaso, a
darnos cuenta de errores, a tener que modificar nuestro ser, todo eso son
aspectos dolorosos de la vida. Por eso, darnos la oportunidad de experimentar emociones
profundas enriquece tanto nuestro ser como la formación de nuestro carácter y
espíritu.
De modo que permitirnos,
y más aún, buscar experimentar el amplio espectro de las emociones humanas es
esencial y necesario. Quien sólo busca la felicidad puede terminar con una vida
superficial y sin sentido. La gratificación momentánea que suele acompañar a
mucho de lo que identificamos con felicidad es el camino fácil que debemos
evitar siempre que podamos.
En una frase, para Jordan
Peterson “la felicidad es un lujo, pero la búsqueda de sentido es una
obligación moral”.
Asumir esa obligación
es nuestra responsabilidad. Ignorarla también puede ser nuestra decisión. Lamentablemente,
vivimos en un mundo enfocado en definir la felicidad a partir de factores como
el éxito, la posición económica y social, la fama y/o popularidad, el poder y
la obtención de cosas y lujos. Por eso es que para Peterson, la felicidad se ha
convertido en un objetivo que se busca egoístamente y que nada tiene que ver
con el crecimiento personal, las interacciones humanas profundas, y la activa
determinación de reducir el sufrimiento y buscar el bien común.
Todo esto que les digo
lo he escuchado de Peterson en diferentes momentos, pero existe una recopilación
de sus palabras en torno a este tema en un video cuyo link les comparto. Está
en inglés y cómo quisiera que todos pudieran comprenderlo. Yo he parafraseado
mucho de lo dicho y tristemente no tengo el tiempo de traducirlo por ahora. Si
buscan en los subtítulos (parte inferior de la pantalla) se logran cambiar a
español en traducción simultánea. No siempre es muy buena, pero te da la idea
general de lo dicho. Si les interesa, aquí lo tienen:
Peterson, Jordan. (2018, Feb.3). Don’t Strive for Happiness.
We Plants
are Happy Plants. Tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=tdu6iN0CM3s
Gracias Dios mío por
todo lo que me das, el sol y la lluvia, las tormentas, los días nublados y los
extremos de calor y frío que he experimentado a lo largo de mi vida. Gracias
por darme el valor de buscar lo más significativo, aún cuando no siempre he
sido muy buena para hacerlo y he perdido de vista lo importante en demasiadas
ocasiones.
Gracias por obligarme a
abrir los ojos y asumir lo que tengo que asumir. Gracias por darme el valor de
decir lo que debo decir, y perdóname las muchas ocasiones en que no he vivido
de acuerdo a tu Verdad última ni he sido capaz de confesar mis errores. Cuídame
de caer en la tentación de tener la verdad de mi lado. Esa es sólo tuya y es mi
obligación buscarla, no aferrarme a ella.
Gracias por acompañarme
a vivir el sufrimiento y por la sensibilidad que tu acompañamiento y
comprensión me han brindado. Permíteme trascender todo el dolor, no ignorarlo,
negarlo ni superarlo. Ya no busco ser otra persona, sino exactamente la que
soy, con todo lo bueno y malo que eso implica y con todo tu amor a mi lado y tu
voz guiándome hacia una vida más plena, en la que la felicidad sea sólo un
matiz en la enorme gama de colores con que has decidido iluminar mi vida.
Te amo.
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